En Azuaga, un pueblo de Badajoz pude fotografiar el enlace de esta pareja.
Este día fue muy especial, Ana María y Ana comenzaban una nueva etapa en sus vidas.
Desde mi objetivo pude apreciar todas sus sonrisas y miradas cómplices desde el primer momento en que las vi juntas. Así, en Azuaga pude disfrutar de una boda muy emotiva.
La ceremonia se celebró en el Cortijo de las Veguillas, un lugar con mucho encanto.
Esta pareja brilló, por la íntima conexión reflejada en sus rostros, así como por la complicidad entre ellas y que puede captar a través del objetivo. La naturalidad en sus expresiones y la alegría que desprendían eran una constatación de su felicidad.
La cena y el banquete, con una decoración minimalista, marcaron un momento entrañable para ellas y los invitados.
Los momentos de fiesta fueron ideales para divertirse. Las risas, los cánticos, el concierto, los bailes…, bajo el foco de la luna, los campos verdes y el estilo rústico del lugar. Y donde todos los invitados se sintieron participes y cercanos a la pareja.
Esta boda fue una ceremonia que siempre recordaré de Badajoz, donde se mezclaron muchas emociones. Como fotógrafo de bodas me sentí orgulloso de haber podido fotografiar a una pareja tan compenetrada como, sin duda fueron Ana María y Ana y que me hicieron sentir uno más de su familia.
Mil gracias por todo chicas.